En El Arte de la Guerra SUN TZU plantea que la mejor guerra es la que se gana sin pelear una batalla, reconociendo que el ejercicio del poder político es un arte y que muchas veces lleva a demostrar dicha fuerza en el poder a través de espacios de negociación.
En estos momentos en Guatemala se recibe la transición de Gobierno de Bernardo Arévalo y Karin Herrera con mucho entusiasmo y esperanza de transición democrática. Tanto es así que a pesar de haber ganado las elecciones legitima y sorpresivamente, la población mayoritariamente indígena del país liderado por las autoridades ancestrales tuvo que salir en defensa del Proceso Electoral y por el respeto al voto ante el intento de Golpe de Estado que con fachada de legalidad intentó el pacto de corruptos.
La lucha misma por la transición continuo como todos sabemos hasta el día mismo de la juramentación el 14 de enero en la cual dadas las maniobras se llevó a cabo cerca de las 12 de la noche.
Pocas veces se ha manifestado tanto apoyo ciudadano a un nuevo gobierno, como en esta ocasión, y pocas veces un nuevo gobierno ha contado con tanto apoyo internacional desde antes de tomar posesión esto le da al presidente Arévalo la posibilidad de plantearse el construir una segunda primavera siguiendo el ejemplo de su padre. Sin embargo, este gran apoyo nacional e internacional también plantea grandes expectativas en la población que se remontan también a imágenes y recuerdos de 1944 o de la agenda acordada en los Acuerdos de Paz de 1996.
Entendemos que este gobierno ganó las elecciones partiendo de dos ofrecimientos concretos que no serían vistos en cualquier país cómo planteamiento radical:
- Terminar con el ciclo de corrupción que se venía dando entre los políticos de turno en su pacto de corruptos con el sistema de justicia, con el poder económico y el apoyo del crimen organizado.
- Recuperar la institucionalidad democrática del estado y fortalecer dichas instituciones en un esquema de progresiva democratización.
Algunas decisiones del presidente Arévalo han sido planteadas de manera rápida y valiosa cómo la de terminar con la minería de cielo abierto, o el pacto de buenas intenciones suscrito con las organizaciones del movimiento campesino.
Sin embargo, en otros temas cruciales el presidente Arévalo ha optado por la normativa diplomática y la democratización. En este sentido vale la pena que le recomendemos al presidente Arévalo una premisa fundamental que debe regir toda negociación, y es que antes de empezar la misma se debe proponer los límites de hasta donde está dispuesto a negociar y cuales son los temas no negociables a esto se le denomina la línea roja, pero para que funcione debe restablecerse antes de empezar la negociación.
En el caso actual consideramos que una de estas líneas rojas lo constituye la impunidad que no se puede permitir en una sociedad democrática. La población espera que se de fin al uso arbitrario de la justicia cómo instrumento de castigo para quienes tienen voces críticas o contra los mismos operadores de justicia que cumplen fielmente su mandato constitucional, de igual manera quisieran ver volver al país a todos aquellos que tuvieron que salir al exilio injustificadamente. Por supuesto que todo esto debe realizarse dentro des estricto marco constitucional, pero ese marco constitucional, desgraciadamente tiene muchas interpretaciones.
Hay quienes quieren hacer de la fiscal general una figura intocable, cuando la constitución es clara en establecer que el presidente la puede remover cuando hay causa justificable. Y que mejores causas que el haber encabezado un intento de golpe de estado, haber allanado la sede del Tribunal Supremo Electoral -TSE- y haber confiscado los archivos con boletas de votación y hoy el encontrarse liderando aceleradamente a todos los culpables de la corrupción de estos últimos tres gobiernos y llegando al extremo esta semana pasada en la detención del personal del TSE. Por que se le va reconocer a ella una supuesta independencia institucional que ella no ha reconocido a los magistrados del TSE y a otros jueces en ejercicio independiente de su judicatura. Por que permitir que la FECI durante su cargo continue inventando figuras delictivas que amenazan la Libertad expresión y participación ciudadana que mantiene un régimen de temor y de inestabilidad.
Es aquí donde sería valido recordarle al presidente electo con más popularidad en muchos años y que goza de un mandato definido que EL PODER SE EJERCE, NO SE NEGOCIA.
Tomar decisiones concretas y difíciles normalmente es un tema de los primeros meses de gobierno pues es su momento de más fortaleza y popularidad. Con el tiempo ese apoyo y simpatía puede ir en asenso o la desilusión y al pasar del tiempo puede provocar una desilusión acelerada puede ir subiendo.
Pensar en una convivencia pacífica y armoniosa con quienes lo han enfrentado y lo seguirán enfrentando es ilusorio y lo erosionará y los demás logros que se tengan.
Es importante generar mecanismos de consulta y de dialogo con todos los sectores de la sociedad, pero en especial con quienes nunca han tenido esa oportunidad. Eso fortalecerá la gestión de ese gobierno.
Cómo dijimos al inicio creemos en la negociación y el dialogo, pero también estamos claros que hay temas fuera de límites y no negociables y allí colocamos al sistema de justicia, los Derechos Humanos y la búsqueda del bien común.
Frank LaRue.
Guatemala, 19 de febrero, 2024.